lunes, 27 de abril de 2009

SAN AGUSTIN



Una visita monumental
Era momento de conocer el principal atractivo turístico de Huila, el más importante motivo por el cual se inició el viaje que sirvió de plataforma de lanzamiento de Cotelco Joven y la organización de la Primera Caravana Turística Universitaria ‘Jóvenes por Colombia: en busca de nuestro patrimonio’. La visita al Parque Arqueológico de San Agustín, uno de los tesoros más preciados de la humanidad.
Luego de un corto recorrido en el bus nos aproximamos a la entrada al parque. Una casa roja y grande es la sede administrativa del Parque Arqueológico de San Agustín y allí se aprontaron los guías para hablar de este descubrimiento, el más importante de este tipo realizado en territorio colombiano.
Son 35 estatuas que están distribuidas en el Bosque de las Estatuas, el complejo conocido como Mesitas A, B, C y D, la Fuente de Lavapatas y el Alto de Lavapatas. Monumentos a la maternidad, a los chamanes, a los caimanes, jaguares, monos, águilas y serpientes; otros inspirados en la figura humana repletos de simbología que cuentan su veneración a sus deidades, a sus temores e ilusiones.
“Fue una cultura que le tenía mucho respeto a los animales y que buscaba una armonía total con su entorno y que aún parte de su legado no ha sido plenamente descubierto. Toda esta vasta zona encierra un hermoso legado que está bajo tierra porque el gobierno argumenta que no hay recursos… incluso universidades de Japón y Estados Unidos son los que han adelantado las investigaciones… hay poca voluntad para rescatar nuestro patrimonio que está quedando en manos de guaqueros y de compradores extranjeros que si valoran lo que nuestros dirigentes menosprecian”, argumentó Fermín Rojas, un campesino de la región que alquila caballos a los turistas.
Todas estas estatuas fueron hechas porque era un sitio sagrado, una especie de cementerio que tenía en sus entrañas a caciques o personajes ilustres de la cultura agustiniana que eran sepultados con los máximos honores, como en la mayoría de las grandes culturas antiguas del mundo.
Pero lo que más sorprende es la Fuente Ceremonial de Lavapatas, quizás su más grandiosa obra escultórica. Allí un lecho de agua fue adaptado por esta comunidad indígena construyendo complejo laberinto de canales y piletas adornado con representaciones de serpientes, lagartos y salamandras, así como de caras y formas humanas.
Dicen los guías que lo más probable es que este haya sido un sitio sagrado, dedicado a ceremonias religiosas y baños rituales diseñado con la comodidad y habilidad de cualquier moderno spa. El recorrido concluyó en la cumbre de una colina, los enguayabados sufrieron al subirla por las escaleras de piedra, pero vale la pena el esfuerzo.
La cima es un inmenso tapete verde en el que se encuentra el Alto de Lavapatas, en donde pueden observarse varias tumbas resguardadas por una gran estatua con el tema del ‘doble yo’, una figura que representa los dos lados de la condición humana. Así termina el recorrido por el parque. Era hora de regresar, un sancocho huilense esperaba.

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